Es tan cierto que mi amor te pertenece
que negarlo sería una condena..
Pero es que ya no puedo aguantar sabiendo que siempre voy a ser la segunda; no pudiendo luchar contra aquella que no quieres dejar. Me resigno a quedarme en mi lugar, con tal de que me cedas unos míseros minutos de tu día. Pero te acercas, y tus ojos - ocultos - revelan toda tu verdad. Esa verdad que tus labios me dicen, pero que mis oídos se rehusan a escuchar. Esa verdad que me acecha desde el día en que te conocí.. Esa verdad, de que soy ayer, hoy y mañana la segunda. Porque ya es improbable - por no decir imposible - cambiar de rumbo mi camino. Y qué más te pedí, que no sea leal comprensión? Pero siempre seré solo eso.. Un segundo puesto, el número dos, lo no tan importante, lo prescindible..
(Hoy me pides tú
las estrellas y el sol;
no soy un dios.
Así como soy
yo te ofrezco mi amor,
no tengo más..)
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