No quiero comprensión, solo espacio.
La última vez que fumamos apareció un remolino. Y me prometí que iba a escribirlo. Escribirlo para no olvidarlo. Para que quede clavado en mi memoria: ese abrazo, esa mirada, esa lágrima que corre sola cuando te vas.
Ayer volví a fumar sola y no hubieron remolinos para mí. Para mí ni para nadie. El humo sale sin forma por la ventana. Se pierde en el viento. Y me pregunto dónde estarás.
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