Así que por esta noche compartiremos mi cama
y voy a dedicarte mis lágrimas,
mis recuerdos, mis caricias.
Pero para mañana ya te habrás ido.
No quiero ni escuchar tu nombre.
Adiós.
TRISTE TRISTE TRISTE Y NI SIQUIERA TENES LA CAPACIDAD DE DARTE CUENTA, IMBÉCIL.
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