Después de tantos años entro acá para darme cuenta de que hasta mis peces que antes estaba tan obsesionada por alimentar, me abandonaron. No es que no esté acostumbrada ya, pero volver a recordarlo siempre deja algo. O tal vez después de tanto encontré otro cable a tierra, o estoy más alejada que nunca. Con ganas de seguir viviendo totalmente entumecida, abstraída de la realidad, de mi realidad. Seguir viviendo sorda y ciega y sin memoria y sin una puta ancla que me arrastre hacia abajo. Después de tantos años entro acá para darme cuenta de que a veces seguimos siendo los mismos aunque nos pasamos la vida tratando de ocultarlo. Que a veces un domingo de soledad puede ser más peligroso de lo que creíamos.